Aunque, después del paso de tiempo, había un cambio en la música con músicos más jovenes, como Willy Chirino. Estos músicos empezaron a mezclar la experiencias cubanas y americanas, como un ajiaco. Esta palabra ajiaco es usada en la lectura para referir a Miami sound y su característica de mostrar paradojas curiosas entre la cultura cubana y americana.
Para mí, no puedo imaginar ser exiliada de mi propio país. Tengo muchísima suerte vivir en los EEUU y no necesito tener miedo de algo así. Aunque, si fuera exiliada de los EEUU, seguramente haría la misma cosa que hacían los músicos cubanos en los primeros años de los 60. Probaría de preservar mi experiencia americana en cualquier país y probablemente no dejaría la esperanza de regresar a mi país.
Creo que esta esperanza permeaba la música cubana del exilio. Esta esperanza causaba una nostalgia en las vidas de los cubanos en Miami y también en la música. Claramente, era una experiencia muy conmovedor para los cubanos, mostrado por la música cubana de exilio. Para mí, da la luz al problema de los refugiados en nuestro país hoy en día. Especialmente porque una mudanza puede afectar a una persona en una manera muy triste, nuestro país debe dar la bienvenida a los refugiados que vienen de situaciones muy malas.
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